jueves, 19 de mayo de 2011

Para ti, que hoy gritas: !Basta¡



¿Que harás cuando Mc Murphy entregue
a la enfermera nazi las llaves del barco?
Te llevarás recuerdos de noches insomnes,
pero llenas de sueños, y el orgullo
de haber llenado su plaza de ilusiones
nuevas, de no haberte defraudado
pues por unos días, fuiste valiente, fuiste
realidad, amor, lealtad, verdad, compromiso
¿Y cuando todo termine? Acaso triste
te contentarás pensando: ! Lo he vivido ¡
Hoy las plazas de España anuncian ruptura,
!Que no te tiemble la mano con el fuego ¡
Si han de arder las naves, si has de renunciar
a Penélope, a Ítaca, al hogar...! Ulíses seas ¡

A todos vosotros. Superad la Ilustración si queréis Revolución.

El poder económico creo la crisis. Fue una operación de economía financiera muy bien pergeñada. Objetivo: desmontar el Estado del Bienestar.
Atacar la economía real propiciando una crisis hipotecaria despojaría de capacidad económica a las familias, pequeños productores, comerciantes, profesionales independientes... Una vez logrado esto, por la vía de la "ortodoxia económica" se recortarían prestaciones sociales y sueldos de funcionarios.
El Estado del Bienestar es una conquista de la comunidad que los partidos políticos y los sindicatos, o bien, no han querido o no han sabido defender.
Hace mucho tiempo que partidos y sindicatos, con sus enormes maquinarias,dependen de los poderes financieros y así ocurre, a su vez, con el Estado del Bienestar.
Esto ha sido así por que hemos aceptado dos falacias del pensamiento ilustrado: la psicología económica innata (Adam Smith) y la psicología social innata (Rousseau). David Ricardo, Locke, Montesquieu suministrarán todo el andamiaje necesario para edificar esa abstracción que es el Estado moderno.
La ética del amor se sustituye por la ética del beneficio. Es lícito el éxito, y es deseable, por que el Estado moderno garantiza el juego limpio.
Falso. Y por eso surge el Estado del Bienestar. En un momento histórico en que los monstruos producidos por el racionalismo han propiciado las mayores atrocidades que ha conocido la historia.
Pero los poderes financieros, fuera del mundo creado por ellos, son un monstruo con pies de barro. Si el dinero no es mercancía y tan sólo lo usamos como valor de cambio, están jodidos.
Su única fuerza reside precisamente en esa otra falacia ilustrada. El valor del dinero como mercancía: el tipo de interés.
Si guardas tu dinero en casa. Si no domicilias ni ingresos ni pagos. Si no usas tus tarjetas. Si el dinero es solo tasa de intercambio, no tienen nada que hacer.
Esto no se hace de golpe. Es poco a poco. El cambio empieza por uno mismo. Cuanta más personas vayan dejando de usar el dinero como mercancía, paulatinamente lo se, más cerca estaremos de que la comunidad recupere el poder efectivo.

lunes, 28 de marzo de 2011

The Birth of King Arthur. A legend from Osetia.





Las representaciones del tipo antropomorfo-espada y la mitología de los primeros metalúrgicos. Especial referencia al Ídolo de Peña Tú y una leyenda de Osetia.


En el confín más septentrional de la Sierra Plana de La Borbolla - justo donde la misma desploma sus más de doscientos metros de altura sobre la vertical del cauce del ríu Purón -, se halla una protuberancia de roca cuarcítica, extraña al entorno geológico y muy peculiar fisiognómicamente, en cuyo cóncavo abrigo las gentes de los valles adyacentes vinieron a realizar distintos grabados en otros tantos distintos momentos históricos. Habiendo subido al lugar un sinfín de veces, pudiendo representar de memoria la figura del Ídolo bastante aceptablemente e, incluso, confesándome, ahora, de pecado de atrevimiento juvenil por publicar un poema dedicado al monumento, debo reconocer que aún me sigue fascinando - y más que el primer día -, esa enigmática figura de grandes ojos que nos espera una vez hemos llegado a las “fauces” del aprisco.

La relación de centralidad visual como discurso del megalitismo - de la experimentación del paisaje a la noción de territorio -, no es perceptible hoy, en igual medida, por culpa de unas desgraciadas implantaciones forestales que disimulan esa caprichosa posición, tan privilegiada, de un monumento que hubo de ser divisable desde las cumbres del cordal del Cuera por el Sur, valle de Mijares y sierra plana de La Cuesta por el Este, millas adentro en el Cantábrico por el Norte y desde casi el vecino concejo de Ribadedeva por el Oeste. Todas ellas merecen una especial atención, pero muy especialmente la aproximación desde levante por la altiplanicie de Sierra Plana ya que, a unos escasos cien metros de la roca, el lomo levemente abombado se torna afilado cumbral mientras se tiene la sensación de estar recorriendo “la cerviz del dragón”. Recuerdo haber realizado este itinerario en bicicleta subiendo a Sierra Plana desde Los Cándanos (céltica palabra) y haber percibido, como sorprendente revelación, esa noción de umbilicalidad entre el campo tumular y la zona del “santuario”, propiciada por esa inesperada horcadura donde hubimos de cargar las bicicletas al hombro.

Hoy quiero compartir, ya decididamente, años de reflexiones en torno al Ídolo de Peña Tú o del Peñatu, la “Cabeza del gentil”, adelantando que no podré demostrar nada, sino más bien mostrar, aunque quizás deba recordarse que todo intento de crear modelos que reproduzcan la realidad – y también vale para los que luego van a aplicarse - tiene, para las probanzas que con ellos se pretendan, un límite, no en la realidad, sino en el propio modelo convencionalmente admitido. El problema de la inevitable subjetividad o, mejor dicho, subjetividades en los procesos de interpretación y traducción del grabado de que debemos partir - de los que tampoco este artículo puede quedar totalmente cribado, como no esta libre de la intervención propia del autor -, se reconoce de partida pero, por contra, se asume por ser implícito a cualquier desciframiento prehistórico e, incluso, al estudio de sucesos de la más rabiosa actualidad.

Prescindiendo, ergo, del telos iluminista del positivismo ilustrado – las más de las veces puro truismo -, voy a preferir llamar la atención sobre el lugar y la representación con un enfoque diferente, reproduciendo de esa herencia común atlántica algunas propuestas que pudieran sugerir interpretaciones para nuestro monumento, explorando un camino que más que experimental o acientífico, debe catalogarse de oportuno y necesario, según los resultados exitosos que ya ha proporcionado para el estudio de la denominada Edad del Bronce de la Europa Atlántica .


I.- Acercarse a la “cultura” de Peña Tú.

No hay obstáculo en hablar de la “cultura” de Peña Tú, si previamente se precisa que nos estamos refiriendo no a un momento o estadio de conocimiento aislado, sino a un continuum cultural, bien evidenciado por las cruces de la última época y la propia denominación de “Cabeza del gentil”, tan evocadoras, ambas, de un survival de paganismo en épocas históricamente recientes.

Decimos cultura, desde el significado en que este término para C. Geertz converge con el concepto de “conocimiento” para F. Barth , intersticio que sirve para proponer una antropología del conocimiento adecuada a las peculiariedades de cualquier acción o hecho donde aquel sea el factotum :”…, in every event of the aplication of knowledge, in every transaction in knowledge, in every performance” . Desde aquella proposición metodológica, nuestro monumento - es obligado -, habría de exhibir un conjunto de afirmaciones sustantivas comunicadas mediante unas formas de representación “media” propias: superficie y condiciones del soporte de piedra, incisiones, trazos, gestos…, que serán transmitidas “institucionalmente” dentro de una determinada organización social.

La problemática del continuum cultural como magnitud flujo se presenta, desde esta perspectiva, como el haz de relaciones posibles entre los distintos elementos del monumento, bien entendamos estos como hechos (events) o acciones (actions), teniendo siempre en cuenta que cada representación incorpora ambas naturalezas; ha sido primero una creación de un determinado sujeto de conocimiento para después propiciar una cadena continua de actos interpretativos, de la que no podemos desenganchar, ni siquiera, el presente intento. Por lo tanto, cada vez que nuestra representación ha funcionado y funciona, va a darse una determinación mutua entre el campo particular de conocimiento que la representación como medio de comunicación proyecta y lo que, a su vez, es aplicación hacía un actor que tiene una determinada posición en la sociedad .


Si de verdad los asturianos todavía somos “bronce” - como en su día me manifestó J. L. Arsuaga en una visita organizada por el Consejo Editorial de la revista Asturies memoria encesa d´un país al Muséu Etnográficu de Bárzana (Quirós) -, el marco analítico anterior, aplicado sincrónicamente, pudiera ofrecer un resultado positivo. Pero debe de tenerse en cuenta - que aún siendo posible encontrar reminiscencias de aquellos actos de comunicación de conocimientos sustantivos en el estudio de otras herencias -, en nuestro caso se ha perdido hasta el rito social cristianizado, quedando como únicos sujetos de la aplicación los actos de historiadores, antropólogos, arqueólogos y etnólogos que se acercan al hecho cultural en búsqueda de aquellos significados y de las formas de representación que históricamente se han dado en relación con Peña Tú. Esto no debe de entenderse como una barrera infranqueable, pues como el propio Barth mantiene, el concepto social de conocimiento incorpora también el acervo de la producción investigadora.

Así, una primera estrategia nos lleva a la definición de las etapas cronológicas del continuum gracias a los conocimientos que nos transmite sobre el monumento el corpus documental académico. Efectivamente, no es difícil datar algunos de los elementos representados, lo que permitirá, también, formular algún tipo de proposición sobre el registro de formas de representación y la organización social donde tales actos de comunicación hubieron de tener lugar. Seguramente, sea más complicado aventurarse con afirmaciones sobre el conocimiento que los nuevos sujetos históricos actuantes en el entorno de Peña Tú hubieran tenido del legado anterior. No podremos proponerlo, porque, con excepción de los trabajos de investigación, nada ha quedado de aquel conjunto de conocimientos, ni una leyenda, ni una sola noticia entre las comunidades vecinas.

Nuestra propuesta quiere centrarse especialmente en el momento del Peñatu que atestigua la figura del gran antropomorfo y el puñal. El objetivo es proponer un significado para ese significante, teniendo en cuenta que este tipo de representación no es un hecho aislado y que ha de sugerirse algún tipo de adecuación entre la panoplia mediática y el catálogo de historias que con esta pudieran contarse. En todos los ejemplos del repertorio, la situación inicial de la roca ha tenido su influencia en el documento, el grabador prehistórico ha tenido en cuenta pliegues, durezas, contrastes cromáticos y brillos para generar con encomiable esfuerzo una realización donde ha plasmado unos conocimientos concretos. Obviamente todos estos elementos, desde el trazado antrópico hasta la intensidad de los pigmentos, permiten formular conclusiones sobre la funcionalidad de la representación y de lo representado en la sociedad de Peña Tú.

Lo anterior nos conduciría al enfoque social de lugar y representación, en este caso a su función social de santuario. Sólo una categoría de conocimientos cabe en el documento, luego habrá que circunscribir la propuesta a una muestra ciertamente precisa de esos conocimientos. Y aún es posible puntualizar y precisar algo más esta interpretación. El conjunto de conocimientos de la primera función – de las propuestas por George Dumezil para la sociedad indoeuropea - proporciona un vocabulario, pero también hay una sintaxis que podría esbozarse según los estudios de Haarmann sobre la protoescritura europea. El fuego y el agua son los elementos mágicos que propician la fundición y el templado del metal, serán, por tanto, los primeros pictogramas en toda representación mitológica de los orígenes de la metalurgia entre los indoeuropeos.

II.- Aproximación al conocimiento sincrónico de Peña Tú.


De las representaciones artísticas de estos primeros metalúrgicos conservadas en Asturias, llama ciertamente la atención un bloque de pinturas y grabados de carácter esquemático - otras “naturalista”-, realizado en abrigos rocosos, dentro del cual - junto a los conjuntos de Fresnéu (Teverga) y de la Cova del Demo (Boal)-, los prehistoriadores suelen catalogar el denominado Ídolo de Peña Tú, o del Peñatu (Puertas de Vidiago, Llanes).

Se considera unánimemente su acento europeo , dentro de una colección de representaciones duales antropomorfo/arma, y puede señalarse su paralelismo con otras manifestaciones próximas: estela de Tabuyo del Monte (León) y un menhir del Collado de Sejos (Polaciones, Cantabria).

Prescindiendo de ciertas interpretaciones esotéricas , la generalidad de la doctrina entiende que el estudio de este conjunto no puede “hacerse en manera alguna, separado del de la experiencia mística y religiosa de los megalitistas y concretamente del megalitismo atlántico” . También generalmente se atribuye un carácter funerario al monumento, relacionándolo con la necrópolis inmediata de Sierra Plana de la Borbolla.

Como explicación del grabado es común aducir que se trata de un señor, o una divinidad, expresada geométricamente mediante “un rostro (ojos y nariz) en el interior de lo que se considera el ropaje del individuo representado” . A su alrededor pequeños antropomorfos, uno con un callado, y diversos signos geométricos completan el conjunto.




El puñal del Ídolo constituye el elemento cuya interpretación resulta más clara de todo el conjunto. Su conexión con otros de lengüeta de tradición campaniforme - como el de la Cueva del Cuélebre (Corao) o el de Peredilla (León)- no ofrece dudas, por lo que habría que ubicarlo dentro de un horizonte calcolítico final, o a principios del Bronce Antiguo, mostrando “su elocuente parentesco con los puñales y espadas de la Europa atlántica de los siglos XVIII al XVI a. de C” . Este grabado de de un puñal de espigo asociado a una representación antropomorfa esquemática - que va a repetirse en uno de los menhires del Collado de Sejos (Polaciones, Cantabria) -, sugiere a M. Ruiz-Galvez Priego una funcionalidad visual para ambos monumentos , en una sociedad que comenzaría a asimilar la abstracción de la noción de territorio en su trashumancia pastoril.

Estas conexiones permiten, por tanto, buscar la solución interpretativa del monumento a través de un enfoque comparativo y multidisciplinar “atlántico”. Dentro de esta coiné, y con el referente de las armas, debe constatarse una prehistórica tradición, conservada aún en la Edad Media que puede considerarse una herencia común de estos pueblos por su “raigambre neolítica” : el rito del lanzamiento de las espadas a las aguas.

Claro esta que las similitudes evidentes del puñal representado con otros de la Europa atlántica, no autorizan -por si mismas- para relacionar la representación del Peñatu con aquella práctica, máxime si se tiene en cuenta que la constatación del auge de estas conductas por depósitos arqueológicos nos ubica en un horizonte posterior, el Bronce Final, y la tipología de las espadas y puñales responde mayoritariamente a otros modelos: los pistiliformes.

Sin embargo ello no obsta para considerar que el auge de este ritual se debe a un “atlantismo recuperado” , seguramente sin necesidad de una ruptura cultural para las centurias del Bronce Medio, cuyo aparente aislamiento pudiera deberse a “la reestructuración y modificación de las corrientes comerciales del Bronce Antiguo” . Estos depósitos fluviales “reflejan una nueva frecuentación de las rutas atlánticas hacía la Península a inicios del Bronce Final” , dentro de ese esquema de “tiempos cortos/tiempos largos” con el que, a su vez, el hombre de hoy ha, necesariamente, de ver su relación cultural con el mundo de Peña Tú .

Tendríamos, pues, dos constataciones que permitirían iniciar un discurso de partida; el puñal representado tiene evidentes relaciones con otros de la Europa atlántica, y a la vez conocemos una tradición mítica común a aquel horizonte, evidenciada también arqueológicamente en Asturias, de lanzar estos objetos a las aguas.

Pese a todo, la asociación antropomorfo/arma no remite al ritual mencionado, aunque si habilitaría para delimitar un ámbito cultural indoeuropeo donde buscar otros mitos que quizás pudieran contener un discurso narrativo sobre lo representado en el monumento, teniendo presente que: “El método científico precisa reconocer el carácter mítico de las narraciones sobre los orígenes sociales ya que están cargadas de valores que conciernen nuestro presente estatus, nuestra función y nuestros derechos” .

Pero el proceso no es sencillo, también puede comprenderse que la búsqueda de aquel contexto presenta de por si una enorme dificultad. Supervivencias, más o menos históricas, como la descrita sobre el ritual del lanzamiento de armas a las aguas no son escasas ciertamente, sin embargo, en la mayoría de las ocasiones exhiben contenidos de más reciente incorporación, que dificultan en gran medida el reconocimiento de la tradición primitiva tal y como fue entendida por los humanos de aquellas épocas.


III.- Algunas tradiciones míticas en la herencia indoeuropea de la gente de Peña Tú.

Los conocimientos que los indoeuropeos van a representar en monumentos como Peña Tú podemos conocerlos por tradiciones míticas, expresivas de la primera función, que hoy podríamos reconocer por testimonios de épocas recientes: “… en su ámbito de competencia entraba todo lo relacionado con ésta [la palabra]. Era, pues, un sacerdote (por su conocimiento de las fórmulas para dirigirse a los dioses en el sacrificio y en la plegaria), era médico (por su conocimiento de las fórmulas mágicas que curaban todos los males), era jurista (por conocer las formulas del derecho consuetudinario), era historiador (por conocer la historia, más o menos legendaria, de su tribu)...” . El aprendizaje de este poeta duraba al menos doce años en la Irlanda medieval, de donde conservamos programas y técnicas de enseñanza, y se realizaba oralmente al lado de un poeta de mayor edad .

De no disponer de una máquina del tiempo, estas tradiciones constituyen el mejor de los elementos de estudio que pudieran utilizarse para rastrear los conocimientos que pudieran haberse representado en el Peñatu. Existe, no obstante, en el Cáucaso un pueblo; los osetas, que en su día llamo la atención de Dumezil: “... al recorrer apresurado el volumen de los Pamyatniki (1925) -, tuve la intuición del papel que las tradiciones osetas estaban destinadas a tener en la indagación indoeuropea a la cual habría de consagrar mi vida…” . También merecieron los esfuerzos de Benveniste que, en su Etude sur la langue des Ossètes (1959), dedicaba atención a otros aspectos de su cultura y no sólo a los específicamente lingüísticos. Por otra parte, Grisward ha puesto énfasis en las muy abundantes y precisas coincidencias existentes entre la épica de los osetas y la de los celtas insulares . Todos ellos asienten en preferir el cauce de la herencia común frente al préstamo cultural.

Las conexiones no se reducen a la tradición de arrojar las espadas a las aguas, ni a las similitudes entre la muerte de Batraz y la Mort Artu. Significativamente otro héroe narto; Soslan-Sosryko perece al ser alcanzado por una rueda solar en las rodillas, única parte del cuerpo donde es vulnerable . Si el anterior nos remite a Balder, no parece menor el paralelismo entre Loki y Syrdon.

Podría extenderse en gran medida un estudio de estas características, por lo demás, ya realizado por estos autores con las conclusiones arriba mencionadas. Tal no es el propósito de este breve artículo, que no pretende ser exhaustivo ni completo, sino simplemente sugerir. Salvando lo anterior, existe un tema en la Tain Bó Cuálnge que, también, se encuentra entre los osetas y, como veremos posteriormente, nos va a interesar especialmente. Al pequeño campeón Cúchulainn, con el fin de aplacar su furor tras el combate iniciático - y para que no acabara con los guerreros del Ulster -; “Lo metieron en la primera cuba, [y] dio al agua calor tan fuerte que reventó las duelas y los aros de la cuba como quien rompe una cáscara de nuez. En la segunda cuba el agua hizo burbujas como el puño. En la tercera cuba el calor fue del que algunos hombres soportan y otros no pueden soportar. Entonces el furor del pequeño disminuyó y le pusieron sus ropas” .

La relación entre el héroe y la carga mágica de los primeros procesos metalúrgicos se vincula en muchos casos a través de las propias armas. Es innegable la asociación Arturo-Excalibur, quien no es sino por su espada, y aún más Batraz : “G. Dumezil, apoyándose en el culto escítico de la espada, sugiere que Batraz – héroe de acero, sea de nacimiento, sea por obra del herrero celeste, a la vez héroe y arma – pudo haber sido un dios-espada; la disposición del destino según la cual no podrá morir sino después de que su espada haya sido arrojada al mar, ¿no significa que “Batraz era su espada en alguna medida”? . El mito artúrico de la espada hundida en roca se comprende, entonces, como una buena metáfora – donde la espada hundida surge de la roca del mineral por el fundido y el templado -, como formas de poder/conocimiento íntimamente unidas – y por ello exclusivamente reservadas - a la función de la soberanía, pues de otra manera irrumpe la guerra y se arruina la tierra (segunda y tercera funciones). La estatua menhir de Valdefuentes de Sangusín (Salamanca) constituye una muy clara representación del héroe espada, en la que parece llegar a sugerirse la simbiosis fisiognómica de hombre y arma .


Cúchulainn, que es “templado” al modo del metal, es también un héroe cargado de la magia metalúrgica que cuando tiene accesos de furor se transfigura en las formas “monstruosas” que las distintas narraciones nos han transmitido: “… todo su cuerpo, de la cabeza a los pies, reducido a una rueda púrpura...” .

Para Gómez-Tabanera la representación de Peña Tú pudiera tener este carácter: “Surge así, quizá en las culturas megalitistas pastoriles, de un chaman más o menos impuesto en radioestesia y conocimientos esotéricos, un señor del fuego, cuyo saber <>, le llevara con el tiempo a iniciarse en determinadas técnicas que desembocaran en la primera minería y metalurgia” .

En principio, lo expuesto pudiera servir para explicar la carga mítica de una representación del tipo antropomorfo-arma realizada en los primeros tiempos metalúrgicos, sin embargo, es el relato que a continuación se transcribe – uno de los que más llamo la atención de Dumezil y Grisward-, el que sugiere una tradición más que compatible, diría yo, con el grabado de Peña Tú:

“Satana prepara en el séptimo piso de la torre doméstica un gran cuchillo de acero y, en la planta baja, siete calderos llenos de agua. En lo alto con el cuchillo, opera a Xaemyc. Como una tromba, llenándolo todo de llamas, el niño, un niño de acero quemante, se precipita abajo, donde los siete calderos de agua no bastan para contenerlo. ¡Agua, agua – clama – para que mi acero se temple! Su tía Satana corre con diez cántaros, para sacar agua de una fuente, pero tarda en volver, pues el diablo no consiente que saque agua si no se le entrega, lo cual requiere algún tiempo. Regresa por fin, riega al niño a quien el Narto Syrdon puede entonces dar un nombre: Batraz. El niño vivirá en adelante en el cielo, de donde descenderá como tromba, como al nacer, cuando un peligro o un escándalo amenace a los suyos” .

En otra variante: “coloca [Satana] un gran cuchillo en el séptimo piso de la torre y, a ras del suelo, siete calderos llenos de agua. En lo alto, con un cuchillo desbrida el absceso de Xaemyc. Como una tromba, llenándolo todo de llamas, el niño, un héroe cuya carne es de acero, se precipita y los siete calderos no bastan para detener su empuje: se hunde en tierra hasta las rodillas, exigiendo agua con grandes gritos” .


IV.- Representación del nacimiento de Arturo/Batraz en Peña Tú.

a) El gran cuchillo.

El puñal de espigo grabado en la representación resulta sobredimensionado, no sólo en comparación con los que han aparecido de aquella tipología, sino también en relación con el resto del conjunto, donde evidentemente aparece destacado. También resulta concordante con el relato la ubicación centrada y a mayor altura que el resto del conjunto. Es a partir de que “Satana desbrida el absceso de Xaemyc” cuando comienza el alumbramiento, además este hecho se produce en las alturas, desde donde el niño incandescente “se precipita”.

b) La torre de siete pisos y los siete calderos de agua.

Con las salvedades presupuestas estos elementos “pudieran” encontrarse en el grabado. La torre de siete pisos debe entenderse como un elemento más moderno, que en el devenir de la narración mítica se habría incorporado en una reactualización. Nos consta que así ocurre con el propio nombre de Batraz . Los siete calderos no presentan obstáculo para ser considerados como elementos más coetáneos al nacimiento del mito.

Como quiera, siete elementos superpuestos figuran en el grabado justo debajo de lo que se supone es el rostro del Ídolo; son siete incisiones horizontales paralelas, que a su vez contienen incisiones verticales, muy trabajadas, con excepción de los dos primeros espacios. Precisamente son estos trazados verticales los que refuerzan esa sensación de elementos superpuestos frente a un único elemento dividido en siete partes.

No obstante lo anterior, las coincidencias basadas en el número siete deben de tomarse con cierta cautela. No precisamente porque sea mágico en sí mismo, sino porque “puede interpretarse como una restricción psicológica (Bernard y Killworth, 1973) a nuestra capacidad para recordar e integrar información” . A propósito de lo anterior debe decirse que también son siete los pequeños antropomorfos “danzantes” de la parte izquierda del grabado.

c) La incandescencia y el templado.

Puede observarse una “irradiación” formada por catorce segmentos que salen del perímetro craneal del antropomorfo. Se trata de un elemento de gran expresividad, con mérito para el artista megalítico. El agua, necesaria para el templado, se encuentra representada a través del pictograma propio del zig-zag, que rodea toda la figura y no sólo la cabeza del Ídolo. Hacia el exterior nuevas “irradiaciones” sugiriendo la naturaleza metalífera y sobrenatural del pequeño, esa “carne de acero [metal]”, material que obviamente debe entenderse como un nuevo rejuvenecimiento de la narración acaecido tras el descubrimiento de esta aleación.

Hay gran interés del grabador en la fijación de este enunciado, ya que la dureza de la roca hace meritorio, tanto el haber grabado las circunvalaciones de la figura que han de permitir la secuencia de pensamientos fuego-agua-fuego como los propios signos. Dentro de la tipología de los sistemas previos a la escritura propuesta por Haarmann , nuestro artista habría representado símbolos logográficos muy arcaicos, acordes con la cronología del documento, en realidad, “pictogramas” que retratan de una forma directa y concreta la cosa designada , sin que ello implique hablar de una forma de escritura, ya que la aparición de estos conceptos individuales no puede entenderse fuera del contexto de narración figurativa de todo el documento. De hecho ambos pictogramas, posteriormente y ya funcionando como símbolos ideográficos, se encuentran en el catálogo más antiguo del mediterráneo oriental llegando hasta tiempos más recientes por su persistencia en el diseño decorativo . Aún bastante antes, en la cerámica de la cultura calcolítica de Vinca (old europe) podemos encontrar testimonio de ambos símbolos :





En consonancia, meramente indiciaria, con la interpretación que proponemos los signos de la primera fila aparecen únicamente en la base de los recipientes – muy expresivos primero, tercero y sexto -, mientras que los de la segunda aparecen en todas las partes de las producciones cerámicas. Haarmann ha demostrado, con bastante rigor, el camino que va desde estos pictogramas hasta convertirse en símbolos abstractos logográficos comparándolos con otros de zonas del horizonte indoeuropeo llegando, por un lado, a la conclusión de que la escritura se inicia en Europa y no en Mesopotamia y, por otro, que aquella cultura dejo su impronta en los invasores indoeuropeos que van a irrumpir en Europa a finales del IV milenio a. C .

d) El niño.

La ausencia en la figura de elementos que permitan la atribución de sexo al antropomorfo, ha llevado a Gómez-Tabanera a considerarlo “una deidad oculada omnisciente y omnividente femenina o andrógina...” . Nada obsta para interpretar que pudiera ser un niño, un impúber, que precisamente por no haber alcanzado la madurez -su capacidad para reproducirse-, no puede ser representado como ser dotado de carga sexual. Desde el punto de vista de la narración resulta sugerente observar como si parece que los siete calderos no han bastado para contener el empuje y que, efectivamente, se ha hundido en tierra tras atravesarlos.

V.- Testimonios etnográficos del tema del bebe-héroe templado.

En la nota del trabajo de Dumezil, a que hacíamos referencia en la de pie de página número veintidós, el autor recoge una serie de prácticas mágicas o supersticiosas que ha podido conocer en relación con el tema que da título a este epígrafe: “Nos han contado entre los chepguses que las mujeres llevaban sus hijos a la forja. El herrero los zambullía en la cuba del agua que le servía para templar el hierro, pidiendo a la vez ver a Tleps (el dios herrero) fortificar la salud del niño”. También refiere, citando a Zhardenskaya, que: “las mujeres en cinta iban a la forja donde eran rociadas con agua mezclada con carbones. En caso de parto difícil, hacían beber a la parturienta agua que hubiera servido para templar una espada”.

Estas supervivencias no son escasas en Asturias. Basto una breve y directa conversación con Don José Naveiras Escanlar, director del Museo Etnográfico de Grandas de Salime para corroborar la correspondencia. Así, el informante manifestó la existencia de un verbo “esfrecer” para la acción de calentar agua u otras bebidas con metales candentes y que dicha práctica era común para con la cerveza o el vino que se daba a las mujeres embarazadas o que habían alumbrado recientemente.


VI.- Conclusiones.

El denominado Ídolo de Peña Tú, como las otras estelas y menhires del tipo antropomorfo-espada, debe adscribirse a la función de soberanía de la sociedad indoeuropea que ha materializado los monumentos. La denominada organización trifuncional reserva exclusivamente para la primera de las funciones la interpretación, explicación y transmisión de sus conocimientos sociales. Dentro de los anteriores, aquellos que hacen referencia a la producción metalúrgica de armas han legado a la posterioridad rituales verificados arqueológicamente y narraciones de carácter mitológico que han llegado hasta nosotros; bien por su incorporación a textos escritos, bien por la tradición oral. No hay ninguna razón para no incluir a las gentes de Peña Tú dentro de la coiné atlántica, por lo que tampoco se entendería mantener que aquellos conocimientos no fueran también propios para el grabador de nuestro documento.

Resulta así mismo verificado - como propusieron Dumezil y Grisward -, la existencia de una herencia mítica en aquel horizonte indoeuropeo que asocia a Batraz con Arturo, y también al primero con Cúchulainn. Si en lo que respecta a la primera relación, el esquema mítico se identifica entorno al héroe-espada y la muerte del mismo - el ritual de “armas a las aguas” -, en lo que afecta a la segunda, es el carácter metalífero del nacimiento de ambos - el niño mágico de metal fundido que es templado-, que es él que precisamente se sugiere pudiera estar representado en el Peñatu o Peña Tú, corroborado por la presencia de los pictogramas del fuego y el agua, y con el que podrían relacionarse, además, las supervivencias supersticiosas a que se hacía referencia en el apartado inmediatamente anterior.



Amable Concha González, Gijón, Marzo 2010.

lunes, 22 de noviembre de 2010

miércoles, 6 de octubre de 2010

Siempre lo dije (I ´ve been allways saying this)


Many years ago I had a deep discussion on a radio broadcast with Dr. Arsuaga from Atapuerca project. I told him that Neanderthals and Cro-Magnons, obviously, ought to have progeny together. He said: Impossible. Now they assumed that and they threw their papers on the basket. Also he didn´t belelieve neanderthals would had been "religious", now we know they really were.
If you want to know more just click in the title of the blogpost but anyway it just confirms what I have been tellin you in this blog.
Peace & Love.

http://www.sciencedaily.com/releases/2010/10/101005085505.htm

jueves, 30 de septiembre de 2010

The Myth of the Amazons and the First Horseman of the Revelation. The origins of the male domination.




Once upon time, long ago, men loved women sincerely. And women do the same.
Men had to hunt to provide proteins to the group and that made women could suckle the progeny with rich milk.
But hunting was a dangerous activity and many of the men died in the forests.
Women knew that and were tender to the hunters. They gathered some fruits but these weren´t enough to feed the whole group.
The men only hunt when there was a real need.
Therefore someone invented the arch, and then began the men domination over other animals and over women too, sadly. Hunting became a safe activity, so they hunt more than they need.
Far from using the new gadget to increase the love between the group, the specialized hunters used it to empower themselves inside the group. New concepts as richness, status, hierarchy, leadership…, arose in the human culture.
The law type forms of knowledge born with the original sin had a great growth.
The amazons cut their breast to improve their arching abilities. The Myth told us about women that rebelled against the new status quo. The metaphore of the breast cutting is eloquent enough if you compare with the anthropological interpretation showed above.
The First Horseman of the Revelation is the archer.
The first enemy of creation is also the first threat for another types of knowledge founded in love.
Love & Peace.

jueves, 23 de septiembre de 2010

The Art of Jock Bartley.


Que Jock Bartley es un guitarrista fuera de serie lo sabemos todos. Que forma parte dela leyenda, de la mejor historia de la música (bueno, sólo hay que ojear la foto), PERO QUE ES UN PINTOR EXTRAORDINARIO SÍ QUE ES UNA CIERTA NOVEDAD. Just click in the tittle and you will see....

http://www.jockbartley.net/series.html