lunes, 13 de abril de 2009

Dame AMOR y pídeme lo que quieras.

En la última entrada señalábamos el paralelismo entre los episodios del vado Yabboq y la oración de Getsemaní. El Padre Julián Herrojo me envia una Predicación del predicador de la Casa Pontificia, Rainiero Cantalemessa, "Jesús en Getsemaní" (17de marzo de 2006) que se puede consultar en ZENIT y resulta enormemente enriquecedora (recomendamos su lectura integra).
Podríamos resumir dicha predicación, señalando que mientras en el episodio veterotestamentario, es el hombre el que le pide a Dios para su propio provecho (bendíceme y dime tu nombre que me hará poderoso) en el de Getsemaní quien pide, quien solicita un comportamiento del hombre, es el propio Dios.
Jacob no difiere, entonces, de la visión que los románticos y cientificistas han realizado del pasaje del vado de Yabboq, salvo en la Fe. Para estos, y colgamos hoy el cuadro de Delacroix sobre el combate, el hombre lucha con Dios (la naturaleza)para arrancarle su secreto, "el nombre de Dios", el logos que permitirá al hombre convertirse en Dios mismo. Prometeo robando el fuego a los dioses.
Jesús en Getsemani "lucha para plegar su voluntad humana a Dios" (P. Cantalamessa). No es suficiente establecer un diálogo entre ambos episodios. La dialéctica es una forma cognitiva de la razón y, por ello, instrumento insuficiente para aprehender esta enseñanza. Meditemos sobre ello con vocación de trascendencia, puede que en ese trance, como sugiere el P. Cantalemessa, Dios se dirija a nosotros rogándonos y se inviertan las partes de la oración. Si tenemos ese privilegio, sería bueno poder decir: "Señor, dame AMOR y pídeme lo que quieras".
Determinados por el materialismo ilustrado hemos dejado a un lado la caridad para embobarnos con la solidaridad. Siendo importante y necesaria la segunda, no puedo dejar de recordar que es un concepto frio, importado de Francia, que se va recogiendo en los planes de estudio de lo que en los siglos XVIII y XIX se llamaba filosofía política, a través de asignaturas como "Derecho político y administración" (Plan de estudios de 1845). En cambio, la caridad es una actitud vital. La caridad es caliente.Es el ejercicio del AMOR. Con la caridad, el cambio de la sociedad empieza dentro del individuo mismo: Change begins within, pedían hace menos de quince días Ringo y Paul en un concierto dedicado a fomentar en los menores la meditación trascendental.
Julián Herrojo conoce muy bien Palestina y la India. Cierta vez tuve la suerte de escuchar una magnifica conferencia sobre su estancia en la parte suroccidental de este país. La alegría de sus gentes, pese a las grandes dificultades económicas, me conmovió, ayudó a despertarme. Quizas, aparte de sus oportunas reflexiones, pueda mandarnos alguna foto de aquellas tierras para subirla al autobus.

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