lunes, 2 de marzo de 2009

Noa en el Jovellanos

Triste espectáculo. Let there be songs to fill the air, como pedían los Grateful Dead. No puedo entender que quienes se pretenden vanguardía social adopten actitudes tan reaccionarias. En realidad, son los mismos que en Manchester (1.966) llamaron Judas a Bob Dylan por abandonar "el compromiso" y pasarse al rock. Menos mal. Nunca me cansaré de escuchar esa versión de Like a Rollin Stone, tan potentísima, que principia con ese "tocar jodidadmente alto" que Bob Dylan dirige a los no menos míticos The Band, después el arreglo de órgano de Al Kooper, los guitarrazos rasgádisimos y la voz más profunda exhalada por Dylan para "protestar contra las canciones protesta" (Mc Guinn, dixit), contra los jerseys de cuellos de cisne, las trencas, los bebederos reflexivos de absenta, el adoctrinamiento social y toda esa mierda.
Aqui, desgraciadamente, nos hemos quedado con lo anterior a toda aquella revolución. Son muchos los "bobdylaninos" que pululan por los paises de la piel de toro forrándose con cargo al erario público. Aqui, las teorías de Gramsci, Lukacs o Roxa Luxemburgo aún tienen predicamento. Y eso no es ni puede ser izquierda ya, mucho menos vanguardía social. El nuevo hombre no vendrá del 68 frances, sino del 67 en Haight Ashbury (San Fracisco), en el legado de aquel verano esta la base para superar el capitalismo y no en el marxismo, que por heredero de David Ricardo, lo es también del pensamiento ilustrado liberal.
Hamas, Irán, los sionistas y el CNP USA (Consejo Nacional Protestante),comparten una misma visión escatológica del conflicto palestino. Es la última batalla, la batalla final que habrá de preceder al reino de los cielos o la llegada del Mesías, según la teología de cada cual.
Es reaccionario alinearse con cualquiera de estos bandos, Aún más que al hacerlo, groseramente, queramos callar la música. Cuando la música cesa, no queda nada.
En vez de seguir tanto topicazo, hubieran hecho mejor en acudir al concierto... de tripi.

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