Nuestra Cruela de Ville particular merece hoy este espacio. No vamos a comentar lo de la trampa en las elecciones, ya que todo ese proceso es una enorme y costosa trampa en si mismo, por tanto quien puede lo más puede lo menos.
En cambio, sí tenemos que ocuparnos de una comparecencia en un instituto que resultó verdaderamente repulsiva. Esta elementa apareció por allí y se atrevió a reivindicarse como paradigma de la modernidad frente al PP. ¿Tu quoque, María Teresa? Si te quedan que ni pintadas todas las acepciones que el Diccionario de la RAE da para la palabra ranciura. Es más, eres paradigmática en ese aspecto. Rajoy y sus muchachos y/o los Correas, Sepúlvedas & Co., tampoco son espejo en que deban mirarse las generaciones futuras, pero es que José Luís, Bibiana, Solbes, o tu misma, pertenecéis, claramente, al pasado más aberrante. Como decía el gran Bukowski, lo bueno del pensamiento marxista es que es mierda seca y ya no huele. Me vale también para lo neo-cons, liberal, ciudadanismo, etc
¿Modernos vosotros? Como no sea en el nuevo catálogo de monstruos de la Marvel.
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