Para poder entender este juego es imprescindible superar las formas de pensamiento aprendidas. Hay que mirar al fenómeno con nuevos ojos. Ojos que nos permitan ver. Entonces el juego se revela como la fenomenología que explica todas las transacciones entre los individuos y las formas sociales en que aquellos funcionan.
Todas las formas de poder "hacen de" policias. Todos los que sufrimos el poder somos ladrones. Cuando alguno de los ladrones ejerce el poder funciona como policia y viceversa. Los roles de policia y ladrón no implican necesariamente ni que el primero sea per se un represor ni que el segundo sea un delincuente, sirven, por tanto, para entender cómo funciona el juego, no qué son los jugadores.
Los movimientos políticos que han buscado y buscan la transformación de la sociedad han desconocido la realidad del juego. Pretendiendo la supresión del estatus de los policías han desconocido que el juego es parte de nuestro "hardware". No puede jugarse a otra cosa y no hay juego sin policias, pero tampoco sin ladrones.
No es para deprimirse, muy al contrario. La asunción del juego tiene enormes potencialidades como veremos en sucesivas entregas de este blog.
miércoles, 4 de marzo de 2009
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